Licenciado en Ciencias Geológicas y Magister en Túneles de la Universidad de Turín, Gustavo Racioppi tiene una vasta experiencia en empresas internacionales entre las que se cuentan Schlumberger, posteriormente Barrick Gold y General Electric. Posteriormente creó y desarrolló la empresa Geoenergía Argentina que se dedica a los recursos naturales, a la infraestructura y a la geotécnica. También es representante de Geobrugg, empresa suiza muy reconocida en minería y recursos naturales. De paso por la sede de la Cámara de Comercio Suizo Argentina, participando del estudio de S-GE sobre Clean Tech, fue recibido por el Secretario Jorge Fassbind y la Gerente General María Silvia Abalo.
¿Cómo definiría la sinergia entre Geobrugg y Geoenergía Argentina?
–Geobrugg es una empresa de origen suizo. Tiene más de 60 años trabajando en lo que son mitigación de riesgos naturales, principalmente estabilización de taludes, caídas de rocas y protección contra avalanchas de nieve. Ese fue su origen, además de los flujos de detritos o aluviones. Está en el país desde el año 2018 y nosotros como Geoenergía Argentina la representamos y hacemos servicios geológicos geotécnicos; principalmente atendiendo a las industrias mineras, petroleras y obras de infraestructura grande.
¿Cómo evalúa a la industria minera argentina y su equipamiento tecnológico?
-La minería moderna Argentina arrancó en los años 90. Atrajo muchas inversiones extranjeras, lo que hizo que muchos gerentes y directores de las empresas fueran extranjeros. Cada una trajo a su gente y a su tecnología. Con el paso del tiempo, esa situación fue cambiando y actualmente toda la minería argentina tiene management local, gracias al talento y al recurso humano que posee el país.
En términos de tecnología, podríamos decir que en los primeros tiempos hubo una apertura hacia el mundo que incluyó la incorporación de equipamiento tecnológico. No obstante, superada esa primera etapa de auge, decayó. En este momento estamos atravesando una situación donde ese cambio tecnológico está costando. En algunos casos por falta de conocimiento respecto de la existencia de tecnología que apunta a tener una actividad más sustentable y, en algunos casos, hasta más económica. Pero el sector está acostumbrado a trabajar de cierta forma y, gradualmente, habrá que cambiarlo. Realmente, el potencial de traer tecnología del exterior es muy significativo.
¿Cuál es su visión sobre las importaciones de insumos y tecnologías en la industria minera argentina?
-En el tema de importaciones, tanto las cámaras empresariales como el gobierno han trabajado mucho en la homologación y sustitución de importaciones. Pero hay productos y tecnología que no se pueden sustituir tan fácilmente. Entonces, ahí es donde están los desafíos. De la mano de empresas especializadas, se puede ir sustituyendo; o bien, trayendo tecnología específica para resolver los problemas que tiene la minería.
¿Cree que existe la oportunidad de aumentar las inversiones y las importaciones?
-Lo considero posible y necesario. No sólo competimos con los países de la región, sino también con el resto de los países que tienen recursos naturales como Argentina. Pero a diferencia de los demás, Argentina tiene muchos de esos recursos subexplotados.
¿Qué certificados son necesarios para importar insumos y tecnología minera en Argentina?
-En principio, es necesario contar con una empresa que esté inscripta como importadora. Ese es un trámite administrativo muy fácil de completar. Pero resulta imprescindible tener un conocimiento profundo del sector, trabajar con empresas que hablen el mismo idioma y que no solamente hagan la importación. Hay que abarcar todo el proceso: desde la importación a la comercialización, incluyendo la posventa. Es por ello que se recomienda trabajar con empresas especializadas que puedan llegar a los clientes y sinergizar con otras, no solamente en la industria minera. Hablo de otras industrias, como la petrolera, que siempre van muy de la mano y por lo tanto ofrece un abanico de posibilidades para darle la solución que el cliente está necesitando en ese momento. De esa forma, estaremos trabajando más cerca del cliente. Entiendo que más que una cuestión administrativa de cómo importar, se trata de cómo trabajar lo más próximo al cliente y hablar el mismo idioma.
¿Cuál es la situación en lo que respecta a la prevención de accidentes ambientales en el país?
-El principal desafío es el cambio climático. Eso trae aparejado que donde había precipitaciones no las haya y que tengamos sequía; y que donde no había precipitaciones, ahora tenemos fuertes lluvias en el verano; y donde antes nevaba, ahora llueve. Todo eso desencadena, principalmente, la remoción de masa o caída de rocas. Por eso se requiere tecnología. Antes, se mitigaba con formas más costosas o de mayor impacto en el ambiente. Nosotros acercamos a la industria tecnologías que producen menos impacto, principalmente el impacto visual. Son mallas o sistemas de protección de caídas de roca que se colocan en ambientes naturales donde el impacto visual es muy importante. Y por otro lado, en lo que tiene que ver con la huella de carbono, directa o indirectamente reemplazamos el trabajo con hormigón. Y es que el hormigón tiene una huella de carbono mucho más fuerte que la tecnología que solemos utilizar, basada en acero. Entonces, ahí hay una oportunidad muy grande. Pongo el ejemplo puntual del producto que trabajamos con Geobrugg, que son mallas de acero de alta resistencia; pero lo mismo aplica a otras problemáticas. La industria está ávida de esas tecnologías para disminuir los riesgos naturales.
¿Quiénes son sus clientes en Argentina y en el exterior?
-Principalmente, en la Argentina tenemos empresas como Barrick, que es una corporación; Cementos Avellaneda, que es una empresa local; Represas Patagonia, que es un consorcio de empresas chinas y argentinas; Newmont, que es una empresa canadiense al igual que Yamana. Nuestros clientes son empresas mineras y petroleras multinacionales. En Chile la empresa Codelco, que es la nacional minera, es un cliente muy importante para Geobrugg.
¿Quiénes los proveen?
-Aparte de Geobrugg, trabajamos con la empresa Nanometrics y New-Sense de Canadá. Realmente hay oportunidad para traer tecnología y empresas de todas partes del mundo. Como señalé anteriormente, la industria minera y la petrolera están ávidas de tecnología.
¿Qué oportunidades tienen las empresas suizas del sector minero en la Argentina?
-Para los sectores minero, petrolero y de infraestructura, Argentina es un país muy grande, con muchísimos recursos y muchos de ellos subexplotados. Todo lo que tiene que ver con la automatización, sistematización, monitoreo y robotización, pensando en una productividad sustentable, constituyen una oportunidad. Comparado con el resto de los países de la región, realmente creo que la oportunidad va en ese en ese sentido. Está todo por hacer, todo por explorar.
¿Qué recomendaría a una empresa suiza que apunte al mercado argentino?
-La experiencia que hemos hecho puntualmente con Geobrugg, con el modelo de un distribuidor local, ha sido muy beneficioso para ambas partes. Geobrugg por un lado, no tuvo que armar una filial en Argentina con todos los costos que eso tiene aparejado y halló importante trabajar con empresas que conozcan el sector y la idiosincrasia con la que se trabaja en Argentina y los distintos sectores. La verdad es que, todos los materiales que han requerido nuestros clientes, los hemos podido importar a pesar de las dificultades existentes en el país. Creo que la sinergia que hemos logrado de Geobrugg y con otras empresas, han hecho que esa articulación sea beneficiosa tanto para el cliente como para las empresas representadas y la empresa local.