Invitado por la Cámara de Comercio Suizo Argentina, en la mañana de hoy (jueves 8) el economista Ricardo Arriazu brindó la conferencia virtual titulada «La economía argentina después de la pandemia». El evento, sin costo, estuvo destinado en forma exclusiva a todas las empresas asociadas.
Arriazu comenzó su ponencia abordando el impacto sanitario de la denominada segunda ola; al tiempo que definió que el impacto económico fue marginal y corto. A la hora de dar cuenta de tales impactos explicó que «la segunda ola de contagios fue más fuerte que la primera pero se atenuó rápidamente, aunque en algunos países comienza a aparecer una tercera ola (segunda retardada en América Latina). Señaló que el número total de nuevos casos identificados alcanzó nuevos records a principios de enero, superando los 833 mil los pasados 7 y 8 de enero, y fue record en varios países. La combinación de confinamiento y vacunación redujo la cantidad de casos a menos de la mitad en menos de un mes, pero volvió a crecer en las últimas dos semanas.
Completando el panorama, sostuvo que varios países comenzaron a vacunar a su población a fines de diciembre con una gran dispersión entre países. El total de dosis aplicadas en el mundo se eleva a 693 millones (8,9% de la población mundial), mientras que Israel ya apiicó 10,1 millones de dosis 117.3% de su población) y los Estados Unidos más de 169 millones de dosis, pero muchos países todavía no comenzaron a vacunar.
En base a gráficos estadísticos, analizó los casos diario emergentes a partir del rebrote, ofreciendo una comparación entre lo ocurrido en Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Brasil y Argentina. Acto seguido hizo foco en el confinamiento y la actividad económina donde dio cuenta del crecimiento experimentado en función de la tasa de variación trimestral desestacionalizada anualizada en la zona del Euro, Estados Unidos y China.
Luego, en función de las variaciones interanuales, trazó un panorama acerca de la evolución de las ventas minoristas en Estados Unidos. Asimismo, hizo lo propio con la producción industrial en ese país, en China y en la zona del Euro. Además, compartió la proyección del FMI en términos de producto mundial, tanto para las economías avanzadas como para las emergentes y en desarrollo.
¿Hay presiones inflacionarias en Estados Unidos? ¿Cuál es el impacto de Nuevo Paquete de Estímulo?, interpeló Arriazu. En este sentido, puso bajo la lupa el proceso inflacionario y sus componentes en Norteamérica; al tiempo que proyectó las expectativas inflacionarias y la curva de tasas. Cotejó los Spread Bonos Genéricos frente al tipo de cambio; abordó la expansión comparada del balance de la FED, en términos de activos e inyección excedente; así como analizó los ingresos y gastos del Tesoro sobre el PBI en trimestres móviles.
Acto seguido, realizó una comparación de Paquetes Estímulo confrontando los Cares de abril y el paquete de diciembre (ambos de 2020) con el ofrecido por el plan Biden. También expuso las predicciones de la FED, estableció cuáles son los niveles esperados acerca del crecimiento del PBI y la inflación para este año en función de la tasa de política monetaria.
En otro apartado, Arriazu marcó el impacto sobre otros mercados. Para ello, se basó en el índice MSCI para desarrollados y emergentes, sin dejar de lado la evolución de las materias primas como el oro, el barril WTI, la soja, el trigo y el maíz.
Brasil fue otro de los ítems tratados por el economista. En primer lugar, definió la relación existente entre el índice de confianza al consumidor y los indicadores de actividad entre enero de 2017 y enero de 2021. Luego, en relación de porcentajes del PBI mensual brasileño analizó las cuentas corrientes, el resultado público y privado; de igual manera hizo lo propio con la evolución de ingresos y gastos, el tipo de cambio y reservas, la inflación, el costo laboral unitario y el valor de sus cosechas.
En otro punto, Arriazu se detuvo en la incidencia de de los precios internacionales de granos y oleaginosas. Los precios de los granos y oleaginosas fluctuaron durante el último mes pero terminaron en suba. Explicó que, en un principio, los precios bajaron por la mejora en las condicione climáticas en Sudamérica y por la apreciación del dólar; pero aseguró que comenzaron a subir cuando se publicaron las cifras de intenciones de siembra en los Estados Unidos (con subas menores a las esperadas por el mercado) y por un debilitamiento del dólar.
El capítulo más esperado estuvo dedicado a las perpectivas e impactos en la Argentina. Partiendo de la definición de una situación general, Arriazu observó una recuperación más rápida que la esperada pero con mayores presiones inflacionarias. Sostuvo que las perspectivas para 2021 se verán afectadas por la situación de la pandemia, por la suba de los precios internacionales de las materias primas, por la conflictividad política en un año electoral, por el resultado de las negociaciones con el FMI y por las presiones sectoriales.
Respecto a la actividad económicadel país, explicó que la recuperación fue mayor a la esperada lo que redujo la baja anual al 9,9% y es causa de un buen arrastre para este año. Y en cuanto a la inflación, evaluó que el año pasado terminó un poco por encima del 36%, pero con una fuerte aceleración a partir de agosto. Las perspectivas para este 2021, dijo, son al alza; al tiempo que aclaró que la magnitud del alza dependerá de la evolución cambiaria, de las presiones sectoriales y de la evolución fiscal, incluyendo su forma de financiamiento.
Avizoró un mercado cambiario con mayor tranquilidad a partir de fines de octubre, en base a colocaciones de deuda y factores estacionales. La suba de reservas en los últimos meses y la mejora de los precios internacionales ayudan.
En cuanto a la situación de la Pandemia, aseguró que se registró una fuerte suba en el número de casos, que se elevaron a una cifra record el 6 de abril. Esta suba llevó a implementar nuevas medidas restrictivas que, con seguridad, afectarán el nivel de actividad.
Como no podía ser de otra manera, un clásico de Arriazu giró en torno a la actividad económica y la confianza. Analizó la oferta y demanda globales, el PBI sectorial, la estimación mensual de actividad económica -reciente y de arrastre-; además de los indicadores de la construcción y la industria; así como el valor de la cosecha a precios actuales, comparados desde 2017 hasta hoy.
También pomenorizó el nivel y la variación de las reservas Internacionales; así como las balanza comercial y el financiamiento del comercio exterior. Respecto de la política monetaria y financiera, hizo hincapié en el Balance del Banco Central, el resultado fiscal y la recaudación.
¿Qué factores son los que afectan el nivel de precios en la Argentina? Para ello, examinó con una gráfica animada la relación existente entre los bienes exportables e importables, los servicios públicos y los bienes no transables con los precios internacionales, el tipo de cambio (oficial y paralelo), las retenciones, los aranceles, los márgenes y los salarios.
El economista completó su ponencia dando cuenta de la inflación por grupos: nivel general, estacional, núcleo y regulados. Destacó la evolución de los precios regulados ante el IPC nacional.
Finalmente, antes de pasar a la ronda de preguntas y respuestas, hizo referencia al proceso electoral que se viene en nuestro país. Al respecto, remarcó que el índice de confianza del consumidor sigue cayendo y está en los niveles más bajos; y aseguró que esto se refleja en todas las encuestas, que marcan una clara caída en los números del gobierno. «El gobierno intentará vacunar a todos los que se pueda; buscará postergar las PASO, para que no haya malas noticias; tal vez postergar las elecciones, aunque es mucho más difícil; y esperar que el rebote del tipo de cambio estable y el aumento del gasto los encuentre en el momento de las elecciones con mucha menos pandemia y con una economía que posibilite el aumento de algún nivel de ingresos. Será clave ver qué harán quienes perdieron los negocios y los jubilados, por ejemplo, que en las encuestas como los desencantados», concluyó.