El trabajo titulado «Herramientas para una pulverización sostenible de agroquímicos» de Carlos Alberto Renaudo ganó el premio Acciones Positivas 2022 en la categoría ‘Individuos’ – temática ‘Sustentabilidad y Medio Ambiente’.
Descripción de la acción
El aumento de población mundial genera una demanda creciente de alimentos, la cual debe ser satisfecha en un área de cultivo limitada, climas adversos, plagas y una necesidad de reposición de nutrientes por fertilización en el suelo. Para lograr cumplir esta demanda, se desarrolla e incorpora tecnología y conocimiento agrícola a la producción. En el caso de plagas, una de las alternativas se basa en el control químico mediante la pulverización de fitosanitarios. La efectividad estos productos depende tanto del clima como de la habilidad del aplicador para regular la pulverización con el propósito de que el producto alcance el sitio objetivo en la cantidad deseada. Se denomina deriva a la pérdida de estos compuestos debido a que el viento los arrastra fuera del lugar deseado. Estas pérdidas pueden alcanzar hasta un 50% del total aplicado y generan tienen riesgos de depositarse en campos de otros propietarios, dañar cultivos cercanos, contaminar fuentes de agua, presentar riesgo a la salud humana y animal, entre otros efectos. En 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Se trata de un plan de acción enfocado, entre otros puntos, a alcanzar la seguridad alimentaria, promover el crecimiento económico sostenido y adoptar medidas urgentes relacionadas con el cambio climático. En este contexto, la correcta aplicación de fitosanitarios para preservar la calidad y la sostenibilidad de la producción y evitar un impacto ambiental no deseado es un desafío de interés actual para los países con fuerte producción agrícola, en especial en los que están en vías de desarrollo. Argentina es uno de los países que más fitosanitarios usa en el mundo, superado solo por Estados Unidos y Brasil. Debido a que no es posible aumentar indefinidamente el uso de estos productos, se reafirma la necesidad de una agricultura sostenible, es decir, de una práctica agrícola que satisfaga la demanda de alimentos en forma económicamente viable y socialmente aceptable, sin comprometer al medio ambiente y la salud. Actualmente, personal especializado suele asesorar a los aplicadores para evitar costosos procesos de prueba y error. Sin embargo, esta práctica requiere que el asesor viaje muchos kilómetros para asistir al aplicador. En este contexto, desde finales del año 2017 el grupo de trabajo realiza tareas de desarrollo de herramientas de asistencia a los aplicadores. En el marco de mi tesis doctoral, se modeló matemáticamente proceso de deriva considerando tanto variables operativas de la pulverización como variables ambientales. Los conocimientos adquiridos permitieron realizar actividades de divulgación en congresos de medioambiente e ingeniería química. A principios del año 2020 se desarrolló la primera implementación de interfaz gráfica del simulador de deriva. Este desarrollo fue mostrado a diferentes empresas que brindan asesoramiento a aplicadores de agroquímicos y productores agrícolas. Posteriormente se implementó la segunda versión del simulador de deriva, con mayor funcionalidad y se generó una base de datos con información útil para los aplicadores. Ambas aplicaciones pueden utilizarse vía navegador web. Los desarrollos realizados y los conocimientos adquiridos permitieron publicar dos artículos en revistas científicas internacionales de elevado impacto académico y diversos trabajos a congreso. A su vez, se dictó un seminario de formación del tema a estudiantes de los últimos años de ingeniería química en la Universidad Nacional del Sur. Las acciones correctivas recomendadas por las aplicaciones desarrolladas pueden generar una reducción de las pérdidas por deriva de un 20 a un 80%. Si bien esta reducción es importante, aún depende de la acción de los aplicadores. Es por esto que se continúa trabajando con la intención de implementar los desarrollos en sistemas de control automático hacia una agricultura de precisión y sostenible.
Objetivo
La efectividad de las aplicaciones de fitosanitarios mediante pulverización depende tanto de la habilidad de los operadores para regular la operación como de las condiciones ambientales. Se desarrollaron herramientas para asistir a los operadores a aplicar agroquímicos de forma eficiente y sostenible. Al utilizar las recomendaciones dadas por dichas herramientas, es posible reducir riesgos a la salud e impacto ambiental generados por la deriva de la pulverización.
Alcance geográfico y beneficiarios
Las herramientas desarrolladas principalmente benefician a los aplicadores de fitosanitarios. El uso incorrecto de estos productos puede reducir la efectividad del tratamiento, causar pérdidas económicas, dañar cultivos cercanos, contaminar fuentes de agua, afectar la salud humana y animal, entre otros efectos. Es por ello que minimizar estos riesgos es una acción que beneficia a la sociedad en general, en particular aquellas cercanas a zonas de producción agrícola.
Las zonas donde se realizan cultivos extensivos son las más beneficiadas por la herramienta desarrollada, por lo que el alcance es internacional. Para Argentina, son las zonas agrícolas de las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.
Período de ejecución
El equipo trabaja en este tema desde finales del año 2017 y se sigue trabajando, incluyendo nuevas características y funcionalidades a las herramientas desarrolladas.
Resultados
Simulador que permite ayudar a seleccionar las mejores condiciones de trabajo para usar eficientemente agroquímicos y reducir el impacto ambiental. Esto reduce considerablemente los riesgos ambientales y las pérdidas económicas (entre un 20 a 80% menos deriva). A su vez se realizaron múltiples actividades de divulgación científica en congresos nacionales y revistas internacionales. Enlace a demo del simulador: http://35.247.98.60/drift/driftphpdemo.php
Acerca del autor
Carlos Alberto Renaudo es el desarrollador del proyecto, Becario Posdoctoral de la Universidad Nacional del Sur. Contó con la colaboración de los directores Verónica Bucalá y Diego Esteban Bertin de la UNS.