Uno de los mayores retos de la actualidad es reducir las emisiones de dióxido de carbono, con el objetivo de evitar un calentamiento global mayor a 1,5 grados centígrados para 2050. En este esfuerzo, contamos con un aliado natural, los llamados Ecosistemas de carbono azul (BCE, por sus siglas en inglés), que han sido responsables de absorber casi el 40% de todas las emisiones provocadas en los últimos 20 años.
Los BCE comprenden marismas, manglares y praderas de pastos marinos. Son hábitats costeros extendidos y altamente productivos que albergan diversas comunidades ecológicas, proporcionando alimentos y protección costera contra la erosión y el aumento del nivel del mar. Estos entornos contribuyen con más del 50% del carbono orgánico total enterrado en los sedimentos marinos globales. Su distribución global y su capacidad para atrapar y preservar una gran cantidad de dióxido de carbono, los convierte en una eficiente solución natural para la mitigación del cambio climático. De hecho, las estimaciones sugieren que las inversiones en BCE podrían capturar y reducir las emisiones en casi 4 GtC por año para 2030 y en más de 11 GtC por año para 2050.
Sin embargo, los BCE aún no se han implementado a gran escala y enfrentan barreras para una adopción generalizada. El informe de KPMG “Los ecosistemas azules son nuestros aliados naturales” proporciona información clave que puede contribuir a ese objetivo, especialmente en materia de datos científicos sobre los sistemas oceánicos y los BCE, las diferentes formas en las que se puede capturar el carbono mientras se promueve la resiliencia y la regeneración de los ecosistemas, y cómo los gobiernos, las empresas y las partes interesadas pueden impulsar la inversión integrando los BCE a los estándares sobre el carbono.
“El gran explorador Jacques-Yves Cousteau alguna vez dijo ´el mar, una vez que lanza su hechizo, nos atrapa en su red de maravillas´. La economía azul es una de estas maravillas ya que combina la eliminación de carbono con el rejuvenecimiento ambiental, conformando una solución climática natural, rentable y escalable, especialmente atractiva para los inversores”, afirmó Juanita Lopez, Directora de Cambio Climático y Sostenibilidad de KPMG en América del Sur.
Por su parte, Romina Bracco, Socia Líder de Sostenibilidad & ESG de KPMG en Argentina agregó: “El mar argentino constituye uno de los recursos naturales más significativos de nuestro país, con una extensión marítima de 4.725 km. Las prácticas relacionadas con los ecosistemas oceánicos abren una nueva oportunidad para que empresas locales con foco en innovación puedan explorar el negocio de generación de créditos de carbono, ofreciendo a otras empresas una alternativa para la compensación de sus emisiones de CO2. Es importante que se debata el marco normativo actual e impulsar la inversión en el sector.”
También el informe “Los ecosistemas azules son nuestros aliados naturales” analiza las diferentes formas en que estos ambientes pueden contribuir a la absorción de CO₂, y lo que pueden aportar los gobiernos y las empresas a través de políticas públicas y fuentes de financiamiento.