¿CÓMO FUNCIONA EL CLÚSTER SUIZO DE LA INDUSTRIA MEM?

Ene 28, 2022 | Noticias, Panorama

La construcción de maquinaria en Suiza data del siglo XIX y sus inicios en la industria textil. En aquel entonces, prácticamente todos los fabricantes textiles europeos (Italia, Francia y Alemania) usaban telares y equipos británicos. Cuando los telares británicos se volvieron demasiado costosos, Suiza se concentró en fabricar sus propios telares. Ahora, las empresas suizas constructoras de maquinaria y máquinas herramienta cuentan entre las más competitivas del mundo, al igual que los fabricantes de equipos eléctricos, electrónicos y herramientas de medición de alta precisión. El sector MEM -acrónimo usado para la industria de maquinaria, equipos eléctricos y metalúrgica- emplea actualmente a más de 300.000 personas y vende productos por valor de US$ 90.000 millones anuales. A diferencia de otros clústeres suizos, este no está limitado a ningún área geográfica en particular: sus centros de fabricación están repartidos uniformemente en todo el país, con una mayor concentración en los cantones centrales.

Impulsado por pequeñas empresas orientadas a la exportación

En opinión de Hans Hess, Presidente de Swissmem (la Asociación del Clúster MEM), el punto clave es que las empresas de este sector están orientadas principalmente a la exportación. «Las empresas pequeñas y medianas que exportan el 80% de su producción constituyen el 95% del clúster suizo MEM», explica el Sr. Hess. Si su empresa depende la exportación, debe monitorear todas las últimas tendencias del mercado. Este tipo de enfoque ayuda a las empresas suizas a obtener ventajas tecnológicas y ser capaces de competir a nivel mundial. Los principales actores del sector (ABB, Alstom, Siemens, Liebherr, Schmolz+Bickenbach, entre otros) han ganado fama internacional y son capaces de formar tendencias y crear demanda en el mercado B2B. Estos son el núcleo de una «ecosfera» peculiar rodeada por cientos de pequeños vendedores de equipos, repuestos y servicios; oficinas de diseño; expertos en derechos de tecnología, propiedad intelectual y sectores conexos.

Los parques tecnológicos especializados juegan un papel importante en el establecimiento de conexiones dentro del clúster. El parque Biel/Biena cuenta con unas diez empresas que cooperan en la fabricación de herramientas industriales de alta precisión para los sectores de automatización y tecnología médica (Haag-Streit, Balluff HyTech, Grupo Ziemer, etc.). Ellas no compiten directamente, sino que pueden solicitar servicios entre sí o aunar esfuerzos para localizar proveedores de materias primas. Los parques orientados al sector MEM pueden encontrarse en cualquier cantón suizo.

Cualquier empresa, independientemente de su tamaño, volumen de ventas o número de empleados, puede disfrutar de los beneficios de la afiliación al clúster, como solicitar subvenciones o apoyo fiscal a organizaciones de desarrollo, trabajar con las instituciones de investigación más avanzadas en el marco de programas de transferencia de tecnología y recibir el apoyo de asociaciones industriales en expansión global.

Transferencia de tecnología y educación

La industria MEM de Suiza se sustenta en la sólida base de investigación llevada a cabo por las universidades y los institutos tecnológicos suizos de fama mundial. Pero, ¿cómo se transforma una idea en un producto competitivo en la práctica y cómo intercambian conocimientos y logros técnicos las instituciones educativas y las empresas?

Según Swissmem, las empresas del clúster MEM gastan alrededor del 5% de sus ingreos en I+D. Sin embargo, no es habitual que las empresas relacionadas con la ciencia asuman los costos de I+D por sí solas. El gobierno apoya mucho la investigación y el desarrollo innovadores. Así las universidades y las empresas pueden lanzar proyectos conjuntos de investigación y el MEM es el sector más activo en este sentido: casi la mitad de todos los proyectos conjuntos de investigación y desarrollo con instituciones educativas provienen de empresas y expertos en fabricación de maquinaria, máquinas herramienta, automatización, informática, electrónica y otras ciencias exactas.

Es importante destacar que los proyectos de ese tipo pueden ser financiados por la KTI (Comisión de Tecnología e Innovación), cuyas subvenciones pueden llegar a cubrir hasta el 50% de los costos de I+D de proyectos conjuntos entre empresas e institutos de investigación. La titularidad de los productos de investigación en proyectos desarrollados con el uso de equipos de laboratorio, recursos humanos y tecnologías está reservado para las empresas.

En 2013, por ejemplo, Streamer International AG, un fabricante de protectores contra rayos (lea nuestra historia de éxito), lanzó un proyecto de investigación conjunta de dos años con la Universidad de Ciencias Aplicadas de Rapperswil, en el que más de la mitad de los costos del proyecto fueron cubiertos a través de una subvención de la KTI. Además, como empresa innovadora del Cantón de los Grisones, Streamer recibió una subvención municipal, una parte de la cual fue un subsidio gratuito y la otra un préstamo sin intereses durante cinco años.

Gamaya, socio de Fly & Firm, que fabrica drones para la agricultura (lea nuestra historia de éxito), usa la plataforma y los laboratorios de tecnología y recibe asesoramiento de profesores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL). Sin embargo, es Gamaya (y no la EPFL) quien recibe los derechos de propiedad intelectual de sus desarrollos. Este ejemplo no es una excepción, sino un procedimiento estándar en Suiza: la titularidad de los derechos de propiedad intelectual permanece en manos de los clientes.

Las asociaciones industriales también están involucradas en la transferencia de conocimiento y tecnología. Swissmem, por ejemplo, facilita la cooperación entre empresas que forman parte de la asociación y las instituciones educativas más avanzadas en el campo pertinente, como la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich, la Universidad de Ciencias Aplicadas y Artes de Suiza Occidental, la Universidad de Ciencias Aplicadas y Artes de Lucerna, entre otras. Swissmem se mantiene al tanto de los proyectos tecnológicos en curso en las universidades y de los posibles servicios que la educación puede ofrecer a las empresas y ayuda a tender puentes. Previa solicitud, Swissmem organiza visitas a centros de competencia universitaria para que las empresas conozcan más sobre gestión de procesos, mejora de la eficiencia, actualización de la producción, etc. Las asociaciones también establecen contactos con plataformas externas, como el Instituto Paul Scherrer, el Instituto Federal Suizo de Investigación y Prueba de Materiales y Tecnologías (EMPA), el Centro Suizo de Electrónica y Microtecnología (CSEM), las tres principales instituciones suizas que trabajan con nanomateriales, microelectrónica y otras tecnologías de avanzada. En cooperación con empresas y universidades, organizan conferencias, talleres y cursos de capacitación conjuntos y, lo que es más importante, están estrechamente involucrados en la creación y desarrollo de nuevos negocios, como SwiSS-9, un spin-off de laboratorio de EMPA, que diseña todo tipo de nanorecubrimientos en el parque tecnológico Biel/Biena.

Y, por último, las universidades y las empresas participan cada vez más en programas conjuntos para crear grupos de talento. Por ejemplo, ABB mantiene relaciones de cooperación con docenas de instituciones educativas en todo el mundo, incluida Suiza. ABB contribuye al desarrollo de planes de estudio para nuevas carreras, realiza presentaciones en los campus, participa en ferias de empleo, organiza concursos para capacitación in situ y paga sus propias becas. Esta fue una de las razones por las que los estudiantes de ingeniería suizos designaron a esta empresa como uno de los mejores empleadores del mundo en 2016. La educación profesional incluye una vasta oferta de programas de aprendizaje. Las asociaciones profesionales tienen sus propios centros de formación. Swissmem capacita a unos 10.000 empleados en construcción de máquinas, diseño, electrónica e informática.

«Made in Switzerland» como ventaja competitiva importante

Según la encuesta Swissness Worldwide 2016 realizada este año por la Universidad de San Galo (con más de 900 consumidores de15 países), la confianza del público en los productos hechos en Suiza sigue siendo una tendencia predominante. La marca «Made in Switzerland» es particularmente valorada en Rusia, China, India y Brasil, hogar de alrededor del 40% de la población mundial. Los consumidores están dispuestos a pagar un 40% más por los productos hechos en Suiza en comparación con productos similares de otros lugares. Los encuestados dijeron que estaban dispuestos a pagar dos veces más por un reloj suizo, un 50% más por queso suizo y un 7% más por unas vacaciones en los Alpes suizos. Un ciudadano suizo también está dispuesto a pagar más por los productos producidos localmente.

Incluso una empresa de reciente creación que decide expandirse a los nuevos mercados emergentes en Asia, África o Medio Oriente puede beneficiarse de la marca. «La creciente tendencia a producir localmente favorece a las empresas suizas», dice Klaus Stahlmann, CEO de la empresa de ingeniería Sulzer, «los productos suizos serán percibidos como un indicador de calidad, incluso si una empresa traslada la producción a un mercado extranjero». Un buen ejemplo de cómo la experiencia suiza en ingeniería puede ayudar a captar un mercado extranjero es la historia de Bombardier Switzerland, que usó sus centros de investigación en Zúrich y Winterthur para diseñar la locomotora híbrida ALP 45DP específicamente para exportar a los Estados Unidos. La ALP 45DP es impulsada por una combinación de tracción diésel y eléctrica y permite el transporte sin paradas.

Industria del futuro

La ruta para la producción inteligente, la digitalización y la automatización de procesos (conocida como Industria 4.0) perseguida por las economías desarrolladas, se ha comparado con una nueva revolución industrial que puede tener un efecto dramático en el mercado laboral y en nuestras vidas cotidianas.

En todo el país están surgiendo grandes oportunidades para crear productos y servicios innovadores. Como las nuevas tecnologías son asequibles para actores de cualquier tamaño, estos sectores ya no están dominados por grandes empresas. En este entorno, incluso una empresa pequeña es capaz de manejar pedidos de tamaño medio según las especificaciones del cliente, lo que reduce los costos de mano de obra, consumo de energía y desperdicio de producción en un 20-30%. Oleg Sharonov, fundador de la empresa emergente Fly & Film, cree que no hay mejor lugar que Suiza para crear una nueva empresa innovadora en el campo de la alta tecnología.

El gobierno y las asociaciones industriales están haciendo todo lo posible para garantizar que la «revolución industrial» triunfe de forma rápida y sin complicaciones. Swissmem ya lanzó su nueva iniciativa Industry 2025, que ayuda a las empresas a asumir las nuevas tendencias y aprovechar la oportunidad para cooperar entre sí. Su objetivo es establecer en el clúster suizo de MEM una producción automatizada basada en internet industrial para 2025. La nueva y eficiente producción ayudará a las empresas suizas a crecer, incluso cuando un franco suizo fuerte debilite su potencial de exportación. Entre los segmentos de alto potencial del sector MEM que los expertos destacan están las fuentes de energía renovables, la acumulación y distribución eficiente, las soluciones para la eliminación de aguas negras y residuales, la movilidad, las tecnologías de transporte y la fabricación de instrumentos médicos.

Para más información sobre diversos aspectos de los negocios en Suiza, consulte la Guía para invertir en Suiza o contacte a un representante de sus Swiss Business Hubs.

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